“El leasing tiene un gran potencial, es un producto excelente para pequeñas y medianas empresas, especialmente a las que no tienen acceso a garantías o no tienen un fácil acceso al mercado financiero. Es una especie de puente para que puedan acceder al mercado financiero”,
Uno de los gerentes de bancos de Bolivia, recordaba que hace tres años, luego de obtener los permisos respectivos de la Autoridad de Fiscalización Financiera (ASFI), el primer leasing “fue otorgado a la doctora Chumacero, fue una operación pequeña por un sillón dental; ella paga puntualmente”.
Ahora ya existen clientes en diferentes rubros. Un grupo importante está en el sector agrícola en Santa Cruz. “Son pequeños agricultores que proveen de soya a empresas aceiteras como IASA, SAO, Gravetal. Donde existe un nicho importante de clientes que han dado muy buenos resultados. Son cumplidores. Demandan equipo agrícola, como tractores, cosechadoras” entre otros insumos.
GARANTÍAS. En el mercado financiero, las opciones para adquirir un bien de capital pueden realizarse con recursos propios, garantía bancaria o el leasing.
En la mayoría de los casos no cuentan con recursos propios; además, para una empresa, puede implicar que utilice recursos que deberían estar destinados al capital de operaciones. Otra alternativa es acudir a un banco o a un fondo financiero privado o a cualquier entidad financiera. Ellos por lo general, si aprueban la operación van a exigir que se hipoteque o se dé en prenda algún bien de la empresa, según normas vigentes.
“Con el leasing existe una gran ventaja, la arrendadora, (Banco) es la que compra el bien por encargo del cliente. La gran ventaja es que no requiere garantías. Es más rápido que un préstamo convencional y tiene atractivos fiscales, en el caso de las empresas”.
Por ejemplo, si uno quiere un tractor con características definidas, primero llena un formulario de solicitud y debe presentar o demostrar su situación financiera. Si es empresa, adjuntará la documentación legal sobre su constitución y registro. La entidad realiza la evaluación, si procede, efectúa el desembolso a la empresa proveedora de la maquinaria y ella hace la entrega al cliente.
Asimismo, cada cuota del leasing que cancela el cliente “se computa como gasto y permite disminuir la base imponible del impuesto a las utilidades para la adquisición de bienes de capital”, Por ejemplo, los agricultores, tienen la opción de demostrar que tienen una actividad de muchos años y que son proveedores permanentes, por lo que la fuente de repago está identificada; “además son clientes que dan una cuota inicial que ayuda a reducir el riesgo”.
“El bien entregan en arrendamiento es la garantía. En algunos casos solicitan una garantía personal. No piden hipotecas u otras que comprometan el patrimonio del cliente”.
El leasing tiene el respaldo de la Ley de Bancos y Entidades Financieras y un decreto que regula su actividad pero no es suficiente. “Sería ideal contar con una ley de leasing para dar igualdad de condiciones, respecto al crédito, porque las empresas de leasing tienen ciertas desventajas. Entre ellas, si compramos un bien emitimos la factura al cliente con la parte del capital y de los intereses, mientras que un banco no factura. Esto no estimula el leasing”.
Además, aunque pueden acceder a una deuda subordinada tampoco les vale como capital. Antes de que existiese la liquidez que hay en la actualidad en el mercado era difícil que capten recursos directamente del público.
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