
Postal de edificio de un conocido Banco en Bolivia. Construcción impecable cuya data es superior a los 100 años, el
mismo que se mantiene firme pese a los embates del tiempo y la historia, contando los días al compás de su reloj que cual vigilante mira el tiempo pasar desde el techo del edificio, monumento que ni el mismo sol pudo opacar con su resplandor.
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